Las distintas posiciones sexuales permiten explorar nuevas formas de placer y de conexión en la intimidad. El Kamasutra, escrito entre los siglos III y V, habla de 64 “artes” que, con el paso del tiempo, se multiplicaron.
Con la abundante pornografía y el cada vez más escaso erotismo como fuentes de inspiración, hay posiciones más atrevidas que están ganando adeptos entre algunas parejas.
A pesar de la libertad con que se encara la sexualidad en la cultura occidental, algunas prácticas siguen provocando curiosidad, controversias o, incluso, continuar como verdaderos tabúes.
Una de estas prácticas es el face sitting, una forma de juego erótico que permanece como un tema poco discutido.
En inglés, face sitting significa, literalmente, “sentarse en la cara”. Así, es una práctica sexual en la que una persona se sienta sobre la cara de su pareja para recibir placer oral. Puede realizarse en diversas posiciones y con distintos niveles de dominancia o sumisión, dependiendo de la dinámica de la pareja.
Aunque el face sitting puede parecer una práctica moderna, existen representaciones en arte erótico de diferentes culturas que demuestran su antigüedad. En la tradición japonesa del shunga, así como en ciertas piezas de arte erótico europeo del siglo XVIII, pueden verse escenas que remiten a esta práctica.
En la práctica sexual BDSM (Bondage, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo), la posición se conoce como trono de la reina y es una de las prácticas de dominación femenina. El o la sumiso o sumisa, al igual que el paje en el medievo, es un sirviente y todo su rostro es un instrumento para el placer. En esencia, explica el sitio Lelo, “la dómina frota su vulva contra la cara de su amante o aprisiona su cabeza con los muslos para que le haga un cunnilingus”.
Entonces, agrega el sitio, “la hipoxifilia o asfixia erótica cobra un gran protagonismo. Una de sus variantes es sentarse sobre la cara del amante asfixiándolo con el peso de su cuerpo y su sexo. Pero esta práctica es peligrosa, porque nuestro amante puede perder la conciencia, sufrir daños cerebrales y tener un fallo cardiaco”.
Dado que la respiración puede verse restringida durante la práctica, es recomendable establecer una palabra o señal de seguridad para evitar situaciones de riesgo. Por otra parte, aconsejan adoptar posturas que permitan el control y el confort de ambas personas.
Para muchos, el face sitting ofrece una experiencia íntima y placentera, que puede intensificar la conexión entre las parejas y proporcionar una sensación de empoderamiento o entrega según la dinámica establecida. En el aspecto fisiológico puede aumentar la estimulación y la respuesta sexual.
Como explica Kate Moyle, terapeuta psicosexual y de relaciones en la revista Cosmopolitan, “esta posición es la más utilizada por las parejas como una variante para el contacto oral-genital y el sexo oral, y para algunos puede crear lo que parece un cambio en la dinámica de poder”.
Moyle agrega que “para la mayoría de las mujeres la estimulación del clítoris proporciona la forma más intensa de placer y la mayor probabilidad de orgasmo, y esta es una posición que ofrece estimulación directa”.
Además, según la experta, “para algunas personas puede resultar atractivo el cambio de tener el control o perderlo. Y puede haber una verdadera sensación de erotismo cuando el objetivo es complacer a uno de los miembros de la pareja, tanto para el receptor como para el dador”.