No son tiempos simples en lo judicial para el cabo primero Javier Alarcón (31). Es que, además de estar preso por el ataque a balazos contra el auto donde iba Valentino Blas Correas (17) –quien terminaría muriendo de un tiro–, al cabo primero de la Policía de Córdoba se le reactivó un viejo expediente judicial por otro supuesto hecho delictivo.
Se trata de una imputación que data de 2013 en Río Segundo, cuando Alarcón se desempeñaba en la Policía Caminera. El efectivo, junto con un compañero, está acusado por privación ilegítima de la libertad y lesiones leves.
Según la causa, el 6 de abril de 2013, Alarcón y un compañero (de apellido Ramírez) detuvieron el paso de un remise que circulaba por la ruta nacional 9 a la altura de Pilar. El motivo: el coche habría ido con las luces apagadas.
Lo que debía haber sido un simple procedimiento sancionatorio de multa derivó en una discusión y en un friccionado operativo con empujones.
El conductor del auto incluso habría realizado una confusa maniobra con el vehículo, lo que derivó en que los policías presuntamente actuaran con violencia contra él.
Concluido el operativo, y tras dejar a la pasajera, el remisero radicó la denuncia.
La causa recayó en la fiscalía de Río Segundo, en la que se desempeñaba el por entonces fiscal Luis Nazar, quien años después sería condenado por cobrar coima.
Los dos policías de la Caminera fueron imputados por privación ilegítima de la libertad (el remisero fue demorado sin explicación durante el operativo rutero) y lesiones leves (hubo golpes en el forcejeo), al tiempo que se abrió un sumario en el Tribunal de Conducta Policial.
Los años pasaron y esa causa contra Alarcón quedó prácticamente olvidada en los estantes de la fiscalía.
El suboficial volvió a trabajar con normalidad, aunque fue reubicado.
La madrugada del 6 de agosto pasado, el trabajo policial lo encontró como miembro de una patrulla policial del Distrito 3 de la ciudad de Córdoba.
Alarcón fue uno de los dos uniformados que abrieron fuego, durante un control cerca del complejo Pizzurno de Córdoba, contra el auto en el que iba Blas junto con amigos.
El otro uniformado que gatilló su arma fue el cabo Javier Gómez, quien terminó causando la muerte de Blas.
Gómez tenía otra causa judicial pendiente: presunto encubrimiento de un violador que actuaba en La Calera.
El caso de la Caminera
Siete años pasaron desde que fue imputado y no hubo grandes novedades desde entonces para el cabo Alarcón.
Durante todo este tiempo, su causa por lo sucedido con el remisero en el control de la Caminera estuvo “planchada” en la fiscalía de Río Segundo.
Vale señalar que en esa dependencia judicial, tras la condena a Nazar, en junio de 2016 asumió la fiscal Patricia Baulies.
Llamativamente, tras el asesinato de Blas, alguien se acordó de aquel expediente judicial y el caso volvió a tener actividad.
Así fue como, en las últimas horas, los dos policías que eran de la Caminera fueron indagados.
Por videollamada desde la cárcel de Bouwer, y con la asistencia de su abogado defensor, Hugo Luna, el suboficial Alarcón negó los hechos y se abstuvo de declarar.
En algunos pasillos judiciales se infiere que esta causa podría llegar a ser elevada a juicio.
¿Y la causa de Blas?
Imputado por tentativa de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, el policía Alarcón permanece preso en el pabellón de los uniformados en Bouwer.
Alarcón fue indagado días atrás en la fiscalía de José Mana y tomó idéntica actitud, por consejo de su abogado Luna. Negó los hechos como fueron formulados y se abstuvo de prestar declaración.
De acuerdo con la causa, así como el policía Gómez efectuó tres balazos contra el Fiat Argo, el cabo Alarcón habría efectuado otros dos tiros.
El texto original de este artículo fue publicado el 4/10/2020 en nuestra edición impresa.