Algo quedó claro luego del raid de entrevistas que el ministro de Economía, Martín Guzmán, dio a distintos medios de Buenos Aires el viernes pasado: el Gobierno no tomará grandes medidas de impacto para achicar la brecha cambiaria.
Guzmán considera que los ajustes ya se hicieron, que el mercado del blue, del contado con liquidación (CCL) y del “dólar bolsa” (o MEP) es muy acotado y que no justifica más atención que la actual.
Así, y con el objetivo máximo de evitar a toda costa una devaluación brusca (“no vamos a devaluar”, repitió en cada charla, una y otra vez, el titular de la cartera económica), el Gobierno parece estar apostando todo a una doble estrategia de mediano y largo aliento.
Por un lado, consolidando el superávit comercial a fuerza de encorsetar todo lo posible la salida de dólares vía importaciones. La idea es compensar esos cerca de 50 millones de dólares diarios que gotean las reservas del Central a través del CCL.
Por otro, algo que dejó entrever Guzmán en las últimas semanas: buscarían que el acuerdo de deuda con el Fondo Monetario Internacional incluya un aporte extra del organismo crediticio.
Podría ser una parte de los 9.000 millones de dólares que nunca llegaron para completar los 55.000 millones acordados en 2018, durante el gobierno de Mauricio Macri.
Cosecha de dólares
Al mismo tiempo, y si todo avanza como Guzmán espera, después del verano empezarían a reforzarse las reservas con los dólares de una cosecha que, se especula, será muy mejor de lo esperado.
Según Juan Manuel Garzón, de Fundación Mediterránea (ver el Informe de Coyuntura), podría llegar a producirse una cosecha récord de 39.900 millones gracias a un valor internacional de la soja que está en alza y que ya acaricia los 400 dólares.
Sin embargo, hay cabos sueltos en esta estrategia. El primero no juega para nada a favor del Gobierno: el tiempo. Desde el ajuste del cepo el 15 de septiembre hasta ahora la cotización del dólar blue subió de 132 a 190 pesos (44 por ciento) y la del CCL, de 130,3 a 168,8 (casi 30 por ciento). Las brechas con el oficial, en tanto, pasaron a ser del 126 y del 101 por ciento, respectivamente.
Las estadísticas vernáculas de los anteriores eventos de brecha amplia no ayudan demasiado. De acuerdo con Gustavo Reyes, economista del Ieral, en tres de los cinco episodios de este tipo en la historia de la economía argentina, “la disminución de la brecha fue gatillada por el lanzamiento de un nuevo plan económico y por una importante devaluación inicial”. Eso ocurrió 1959, en 1976 y en la hiperinflación de 1989.
Por otra parte, los dólares de la próxima cosecha no llegarán sino hasta marzo, con las siembras tempranas de maíz, que no fueron abundantes por la sequía. Los verdes “en serio” llegan con la soja, que aporta un tercio del total, pero para eso hay que esperar hasta abril, o mejor: hasta el bimestre mayo-junio.
Un dato importante a favor del Gobierno es que el fuerte de la economía no pasa –ni de cerca– por el dólar informal, que como bien dice Guzmán, “es marginal”, aunque a fuerza del cepo cambiario.
De acuerdo con lo que dijo la semana pasada en una conferencia el macro economista Ricardo Arriazu, “el mercado que se mueve con el dólar oficial es 10 veces más grande que el del blue y es aquel el que define la inflación”.
En este sentido, la idea del Gobierno respecto de la suba de precios es, precisamente, defender a toda costa la cotización oficial. “El dólar va a ir subiendo con la inflación”, dijo una y otra vez Guzmán en su serie de entrevistas.
Mientras tanto, la confianza en la estrategia oficial se cae: el Riesgo País ya recuperó el 38 por ciento de lo mucho que había caído cuando se anunció el acuerdo por la deuda.
Kulfas: Una devaluación sólo generaría un aumento de los precios
El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, aseguró este domingo que “una devaluación sólo generaría un aumento de los precios” y que la brecha con los dólares blue y financieros “no tiene que ver con la economía real” ya que el tipo de cambio “es competitivo” y los niveles de inflación son muy inferiores a los del año pasado.
En esa línea, destacó que la Argentina tiene un superávit comercial en torno a los 12.000 millones de dólares, que se reestructuró la deuda externa con el sector privado y que el Gobierno está trabajando para impulsar una recuperación de la economía con paquetes de asistencia a la inversión y la producción.
“Hay sectores que plantearon abiertamente que la devaluación sería la solución. No lo vemos de esa manera ¿Qué solucionaría una devaluación? En un escenario como el actual, donde el tipo de cambio es ciertamente competitivo, sólo generaría un aumento en los precios internos, como en 2018 y 2019”, aseguró el ministro.
Según Kulfas, los precios de los alimentos tienen actualmente una inflación de “la mitad del año pasado” y que si bien han habido aumentos estacionales y en productos frescos, la inestabilidad de mercados de cambio paralelos no afecta a la economía real. “No se ve una vinculación entre lo que ocurre en el dólar paralelo y lo que pasa en la góndola”, afirmó Kulfas, ya que “el ritmo de los precios internos tienen que ver con el tipo de cambio oficial.
Al respecto, llamó a no repetir “errores históricos” de creer que el precio de los productos está atado al dólar paralelo. “Le pasó a (Mauricio) Macri cuando eliminó el cepo en 2015 y hubo una devaluación”, dijo.
Presupuesto 2021
La Cámara de Diputados debatirá pasado mañana, en una sesión especial, el proyecto de Presupuesto 2021, que contempla un aumento de crecimiento de la economía del 5% y destinar el 2,2% a gastos de capital.
El oficialismo busca tener sancionada la ley, o al menos una media sanción, previa al inicio de las negociaciones con el FMI el próximo 9 de noviembre.
El texto original de este artículo fue publicado el 26/10/2020 en nuestra edición impresa.