La indiferencia era total en Venice Beach, una de las más afamadas playas de la zona de Santa Mónica en Los Ángeles, mientras todavía quedaban hinchas de River con los pies en la arena cantado y saltando, con el mar del Pacífico de fondo y un sol espléndido que de a poco se iba escondiendo tras las montañas.
Nadie parecía percatarse del partido que Boca estaba jugando en Bayern Múnich en Miami cuando de repente se empezaron a escuchar gritos de gol que fueron creciendo. «Goolll»…»Goooolll»….»Goooooooollll». Las o se iban agregando a medida que algunas iban viendo en sus celulares las imágenes que en algunos casos llegaban con delay del gol de Olise que le dio la victoria a Bayern Múnich sobre el Xeneize.
Y ahí sí los hinchas de River se acordaron del eterno rival. «Shhhh….Un minuto de silencio para Boca que está muerto…» y «Tómala vos, dámela a mí el que no saltando murió en Madrid», cantaban los hinchas que quedaban en el banderazo.
Pero calma pedían otros. «Hasta que no termine no digan más nada», pide Tony, que camina por toda la playa con y se lamenta por la cantidad de goles que perdió el Bayern en el primer tiempo. Está con su hijo Nicolas viviendo un inolvidable viaje de padre-hijo desde que salieron de Villa Madero, en La Matanza.
Y por ahí andan otros más con celular en mano viendo los últimos instantes. «Les pegaron un baile tremendo», asegura Mario un hincha local. Hasta que llega el pitazo final y ahí sí se desata de nuevo la fiesta y el final es con bengalas que iluminan la escena mientras llega la noche.
Es el final del banderazo que organizaron los hinchas de River en estas tierras en la previa del duelo con Rayados de Monterrey, cuyos promotores fueron los integrantes de la filial de Los Ángeles, con Miguel, Anita, Ezequiel, Facundo y Sebastián a la cabeza, con el respaldo de otras filiales como las de Miami, Brooklyn, California, Tulum y Playa del Carmen.
Y están los argentinos que viven y trabajan en Seattle y en Los Ángeles. «Cuando nos enteramos las sedes saltamos en una punta», coinciden, a diferencia del resto que tiró insultos al aire.
River tuvo su banderazo en las playas de la Costa Oeste y sus hinchas, los que viven acá en Los Ángeles, los que vinieron de Seattle y otras partes de Estados Unidos y los miles que llegaron desde Buenos Aires en las últimas horas. En el puesto 19 de Venice Beach hubo 15 mil hinchas riverplatenses que deliraron bajo el sol con un repertorio de canciones de cancha, música, bombos y banderas, las de palo y las grandes, que primero se pusieron sobre el piso y luego se levantaron armando una especie de techo arriba de todos los que estaban en el centro del bullicio. Fueron cuatro largas horas, de las 16 a las 20 a pura pasión roja y blanca.
Y la mayoría tuvieron dejaron un mensaje alentador hacia Marcelo Gallardo y los jugadores en la previa de un duelo clave por la clasificación a los octavos de final del Mundial de Clubes.
«Fue una gran tarde», asegura Pocho que llegó de Buenos Aires y se encontró con su primo Matías que vive en Ecuador. «Ahora hay que hacerla completa, tenemos que ganar», piden los últimos en irse de la playa.