Fermin Muguruza es una de las grandes figuras del rock latino de los años ’90, gracias a su grupo Negu Gorriak, que a la par de los argentinos Los Fabulosos Cadillacs y Todos Tus Muertos, los franceses Mano Negra, y los mexicanos Maldita Vecindad dio forma a un boom musical que fue tan innovador como original, con una explosiva mezcla de rock, punk, ska, reggae, dub y rap.
Sin dudas fue políticamente el más activo de todos sus colegas, militando en organizaciones vascas y hasta postulándose como candidato independiente en las elecciones al Parlamento Europeo de 1999. También reflejó su pensamiento en los documentales que dirigió, como Checkpoint Rock, dedicado a músicos de Palestina, el filme de animación Black is Beltza, y la serie Next Music Station para la cadena Al-Jazeera sobre músicos del mundo árabe y norteafricano.
Todo esa actividad lo llevó a alejarse en 2014 de las grandes giras mundiales, y recién ahora armó su primera tour internacional en 11 años, para celebrar sus cuatro décadas de trayectoria musical, que arrancó junto a su hermano en una primera banda llamada Kortatu.
Y si bien en ese lapso de supuesta inactividad estuvo varias veces en Argentina por proyectos extramusicales, recién este 24 de mayo volverá a un escenario porteño para cantar sus temas. Será en el C Art Media, con Las Manos de Filippi como artista invitado. Las entradas ya están a la venta en Coolco.

Una larga relación con Argentina
En una charla por zoom con Clarín, Fermín recordó su primera visita al país: «Fue en 1994 -dijo-, cuando el grupo Todos Tus Muertos nos invitó a Manu Chao y a mí para ayudarlos en la producción del disco Dale aborigen. Nos quedamos 15 días y recuerdo que escribí el tema Alerta guerrillas para ellos. Conocí a toda la escena musical, como Malena y Alika de Actitud María Marta, además de reunirme con Sergio Rotman, a quien había visto en el ’92 con los Cadillacs en México. Unos meses después toqué en Cemento… ¡Así que imaginate todas las fechorías que hicimos en Buenos Aires todos juntos!».

-Claro, sí. Sabía que mi música era conocida en la Argentina porque me habían escrito, pero no lo supe de primera mano hasta que realmente llegué por primera vez. Es una relación real, pues sí, de conexión con diversos proyectos durante 31 años, que es una vida prácticamente.
-Si bien dejaste de hacer giras internacionales, estuviste varias veces en el país durante la última década.
-Sí. Dejé de hacer giras, pero he continuado visitando muchos países. Y concretamente la Argentina es de los países que más he ido visitando. Primero vine con una gira teatral junto a Albert Plá, y después presenté Black is Beltza en el Espacio Moebius. También fui a Rosario porque trabajaba con un equipo de allá para algunos filmes.

-Seguiste haciendo shows en España y en Francia, pero no alrededor del mundo. ¿Por qué?
-Hay muchas cosas que no me gustan de las giras, pero realmente fue todo una especie de encadenamiento de hechos. Primero, porque comencé a hacer documentales, filmes de animación y la serie sobre la música en Palestina, que tuvo mucha repercusión y hasta fui a presentarlo a la Argentina. Al final, ese trabajo fueron 11 documentales y me llevó dos años enteros. Ahí armé la gira del 2013, que pensé que iba a ser la última porque cumplía 50 años. Después seguí trabajando en el teatro, todas maneras diferentes de expresión que te absorben el tiempo totalmente y prácticamente no te permite hacer otra cosa.
Siempre seguía conectado y empapado de música, pero cuando en 2018 quise salir de gira, justo murió mi hermano y fue la devastación total. Para peor, enseguida llegó la pandemia y el confinamiento, así que -si te soy sincero- ya pensaba que no volvería al directo. Sin embargo hay algo mágico dentro de las giras, como ese reencuentro, esa conexión, la fuerza de una banda, y por supuesto también poder revisitar a todos esos amigos que has ido haciendo durante toda una vida.
Censurado en España
El año pasado, Fermín Muguruza fue censurado por el gobierno español. Según contó, «Sin estar tocando en directo, me seguían censurando, como ocurrió cuando el Estado y una asociación denunciaron un mural que me habían hecho en Valencia como homenaje a todo mi trabajo artístico, Me llevaron a juicio junto a la directora y todo el consejo directiva porque decían que estaban apoyando el terrorismo. La sentencia salió contraria y absolutoria, pero el mal ya estaba hecho.

Y agregó: «El Estado español está realmente muy alzado y desenfrenado, con muy poca vergüenza. Por eso la actriz Itziar Ituño, de La casa de papel, cantó un tema mío en una gala de premios y dijo que estaba sufriendo un linchamiento mediático. ¡Y le dijeron que era una terrorista! Por eso quise responder con más cultura, con una gira musical y salir al frente.
-A tus 62 años, ¿qué te parece que rockeros como Jagger y McCartney sigan de gira?
-Por un lado, creo que está bien. Por otra parte, siempre apoyo a la generación juvenil de cada momento. De hecho, a todas estas nuevas músicas que algunos critican por el uso del autotune, yo las defiendo completamente. Los jóvenes tienen el derecho, la necesidad y la obligación de decir «Este es nuestro momento».

También te voy a decir que reivindico a esos viejos bluseros y viejos músicos de Jamaica, que nos transmite su sabiduría a través de la música. ¡Reviéntenlo todo, chavales, pues la sabiduría viene después! .No creo que me pueda parecer a Mick, que dice que no podía dejar de girar y que necesita esa conexión con el público. Ya lo dije en el 2013, pero probablemente ésta sea mi última gira en este formato.