Mientras los fanáticos del tenis todavía se regocijan con las cinco horas y 29 minutos de show que fue la final de Roland Garros entre Carlos Alcaraz y Jannik Sinner, comenzó la gira de torneos sobre césped previa a Wimbledon con la confirmación de un nombre que pronto se leerá con mayor frecuencia en los cuadros principales de los torneos más importantes del tour: Justin Engel.
Este alemán de 17 años y ocho meses, oriundo de Nuremberg, se convirtió el año pasado en el primer nacido en 2007 en ganar un partido ATP. Lo logró ante el hongkonés Coleman Wong en su debut en el torneo de Almaty, Kazajistán, al que llegó tras recibir una invitación especial y donde luego perdió con el argentino Francisco Cerúndolo. Y esta semana en Stuttgart se transformó en el jugador más joven con victorias sobre las tres superficies desde que Rafael Nadal lo lograra en 2003 con 17 años y dos meses.
Engel, dueño de un revés exquisito que rápidamente fue comparado con el de su compatriota Alexander Zverev, recibió un nuevo wildcard para jugar en Stuttgart y justificó la decisión de los organizadores con dos grandes victorias que lo metieron por primera vez en unos cuartos de final.
Tuvo un trabajado debut ante el australiano James Duckworth, 94 del mundo, al que venció por 4-6, 6-4 y 7-6 (5) tras una batalla de dos horas y 29 minutos, y luego se impuso al estadounidense Alex Michelsen (35°) con un contundente doble 6-4 antes de caer ante el canadiense Félix Auger Alliasime (29°) por 7-6 (3) y 6-3. El lunes aparecerá en el puesto 234 del ranking como el mejor sub 18 del mundo, la mejor ubicación de su carrera.
“Odiaba el tenis”, admitió en una entrevista para tennis.com.
Fue su padre, un ex entrenador, el que lo empujó a inclinarse por la raqueta en lugar del kickboxing, deporte que ocupó buena parte de su infancia en Nuremberg. “Lo practicaba cuando era chico y todavía lo hago. De hecho, soy bastante bueno. Quería ser kickboxer profesional, pero decidí dedicarme al tenis porque es mucho más seguro», contó. «Mi padre me llevó a jugar y así empecé. Al principio no lo disfrutaba, después le fui agarrando el gusto y una vez que tuve buenos resultados ya no paré”, completó.
Sus modelos a seguir son Rafael Nadal y Novak Djokovic, los máximos ganadores en torneos de Grand Slam. “Siempre fue muy especial ver la fuerza de Rafa cada vez que salía a la cancha», declaró al respecto del mallorquín. Y se permitió soñar referirse al serbio: «Compré su libro porque quería ver lo que comía y hacer todo lo que él hacía. Me encantaría jugar contra él antes de que se retire. Sería increíble”.
Horst Engel, padre de Justin, había querido ser tenista profesional, pero sus padres (es decir, los abuelos de Justin) no lo apoyaron en ese camino y se dedicó a construir carpas para festivales. Años después, cumplió esa cuenta pendiente cuando se convirtió en entrenador de la tenista Anca Barna, rumana nacionalizada alemana, y logró llevarla hasta el puesto 46 del ranking WTA en 2004.
Engel padre puso el ojo de entrenador sobre su hijo y le dio impulso a su carrera. “Al principio no tenía muchas ganas de jugar al tenis, pero le fui dando pequeños regalos para incentivarlo a seguir adelante. No fue fácil al principio”, recordó en una entrevista con BR24Sport el hombre que le brindó el apoyo para que pueda entrenar y competir sin pensar en otra cosa.
Y valoró las condiciones del chico: “Tiene una mentalidad extraordinaria. Probablemente se debe a que interactúa mayormente con adultos que con chicos de su edad”.
Las condiciones de Engel le permitieron entrenar en la Alexander Waske Tennis University de Offenbach, donde tuvo el privilegio de trabajar aspectos puntuales bajo la mirada de un exintegrante de la Copa Davis. También sumó sesiones junto a su compatriota Maximilian Marterer, ex 45 del mundo.
Pero el respaldo más significativo llegó de la mano de la Federación Alemana de Tenis (DTB). Fue integrado en el programa de desarrollo de alto rendimiento y accedió a entrenamientos en instalaciones de primer nivel, como la Tennis Base de Oberhaching, donde conoció a su actual entrenador Philipp Kohlschreiber, y a Lars Uebel, otra figura clave en su transición al profesionalismo. En ese camino anda.