domingo, junio 22, 2025
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lo peor de la guerra acaba de comenzar



La guerra real acaba de comenzar en la noche del sábado. El capítulo más imprevisible por sus consecuencias, con el ingreso de Estados Unidos al conflicto entre las dos mayores fuerzas militares de Oriente Medio. El significado de lo sucedido y lo que provocará aparece con algunos detalles.

No es aventurado observar que la decisión de Washington de atacar en el fin de semana, antes del domingo, buscó amortiguar los efectos que esta acción producirá a partir del lunes en los mercados mundiales, especialmente en los petroleros, pero no solo en ellos. Es claro que se va a auna guerra prolongada y con consecuencias evidentes en el sistema de energía global.

Los analistas sostienen que es improbable que este suceso, aun con un bombardeo de características extraordinarias por la exhibición de poder que ha hecho Washington, lleve a Irán a retroceder y rendirse. Implicaría el final de la Revolución Islámica. Para el líder supremo, Alí Khamenei, significaría el final del sistema que controla desde hace casi cuatro décadas.

Seguro del agravamiento hacia adelante, ha designado a tres posibles sucesores. Cuando Donald Trump señaló en su mensaje la noche del sábado que hay otros objetivos más fáciles incluso, se refería precisamente a eliminar a Khomeini, un suceso que es posible suponer inminente. Se verá si su desaparición quiebra la unidad del vértice que controla el país desde 1979.

Uno de los capítulos de mayor poder con que cuenta la potencia persa, no es militar, pero sí gravoso en sus consecuencias. Si cierra el estrecho de Ormuz que controla, impidiendo la salida y entrada de los buques al Golfo Pérsico, provocará un estrangulamiento del abastecimiento de petroleo y gas licuado planetarios.

Escenario que se agravará si los hutíes de Yemen descargan sus interminables depósitos de misiles iraníes sobre los barcos cisterna en el mar Rojo. Esos grupos han mostrado una resiliencia desafiante, aunque son poco más que tribus organizadas. Trump después de gastar más de mil millones de dólares en ataques sobre Yemen para controlar a esa banda, acabó negociando con ellos al comprender que el gasto no daba el resultado esperado. Ese acuerdo ahora está cancelado.

Habrá otros desafíos por cierto, como sucedió después de que el magnate en su primera presidencia asesinó al comandante Qasem Soleimani en Bagdad. En aquel momento, aunque midiendo sus fuerzas, Teherán atacó las bases militares de EE.UU. en la región. Un escenario que puede ahora reproducirse en otro tamaño.

Esos cuarteles y sus tropas están en el alcance de la misilística de la potencia persa. Ellie Geranmayeh, experta en Irán del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, le señala a The New York Times que los ataques contra EE.UU. «son ahora inevitables, serán rápidos y multifacéticos. Irán sabe que no puede ganar esta guerra, pero quiere asegurarse de que Estados Unidos e Israel también la pierdan».

No hay, además, claridad sobre lo que realmente ocurrió con los bombardeos norteamericanos. Irán inmediatamente aseguró que provocaron daños menores. Es una exageración. El tamaño de las bombas y su cantidad, pesan más de 13 toneladas y fueron 7 los aviones que llevaron cada uno entre dos y tres de esos artefactos, brindan una pauta sencilla de sus probables consecuencias.

Sin embargo hay tres cuestiones a atender. No se sabe si lograron destruir los laboratorios sepultados más alla de la distancia que alcanzaría la penetración de estos explosivos. Además son sitios que de abren en amplios túneles. Tampoco, si en esos tres blancos importantes atacados, Fordew, Natanz e Isfahan, estaban aun las miles de centrifugadoras que se utilizan para enriquecer el uranio y el combustible obtenido.

Los registros de los científicos indican que no hubo mediciones de radiación que las hubiera habido de haberse golpeado esos almacenes. Por último, nunca ha sido claro cuántos sitios secretos construyó la teocracia persa a sabiendas de la amenaza internacional.

Iran ha negado que haya buscado militarizar su estructura nuclear, pero con lo que ahora ha sucedido, en especial con el agravamiento del conflicto, parece evidente que la disuasión real sería con la bomba de modo que el riesgo es que el plan, si ha sobrevivido, se intensifique gravemente.

Teherán cuenta con el auxilio de países imprevisibles, pero con alto potencial misilístico y atómico como Corea del Norte. Por lo tanto, hacia adelante, es previsible que se multiplique la batalla para neutralizarlo con la participación de Estados Unidos cada vez más en un conflicto que, acierta Israel, será prolongado. Lo último que quería Trump. La guerra recién acaba de comenzar.



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