“Le quemó la cabeza”.
La frase que llegó desde Ciudad del Este, donde el plantel de Racing realiza la pretemporada, de ninguna manera deslinda la responsabilidad de Maximiliano Salas, pero explica porqué cambió su postura. El tercer llamado de Marcelo Gallardo desde Estados Unidos fue decisivo. Y el delantero de 27 años quebrantó su palabra. A pesar del acuerdo que tenía con Diego Milito, que incluía la renovación y actualización de su contrato, el correntino tomó la decisión de jugar en River. Gustavo Costas vuela de bronca con el jugador y el presidente de la Academia, con sus pares de Núñez. La novela tiene un final abierto.
El técnico de Racing está decepcionado porque Salas negoció a sus espaldas. Costas estaba al tanto de las comunicaciones que se habían establecido con el Muñeco, pero el delantero le había prometido se quedaría a pelear la Libertadores con la camiseta celeste y blanca. Siempre y cuando, claro, compensaran sus pretensiones económicas en Avellaneda. Entonces, el entrenador se involucró personalmente en las charlas con los dirigentes para lograr que le aumentaran el salario a quien considera uno de sus «hijos del fútbol».
Después de varias idas y vueltas, se arregló todo entre el tesorero Diego Cifarelli y Juan Verón, apoderado del jugador: duplicación del sueldo, extensión del vínculo hasta 2027 y una cláusula de rescisión que pasaría de 8 a 15 millones de euros. Hubo un apretón de manos con Milito y Salas se subió al avión con destino a Paraguay. La firma quedó pendiente. “No te hagas problema, lo resolvemos a la vuelta”, confió el atacante. Pero llamó Gallardo.
Milito también está molesto. La relación con Jorge Brito y el propio Muñeco es muy buena. Incluso, el Príncipe juega al pádel con el dirigente de River. Tan sólido es el lazo que el ex delantero de Inter de Milán se volvió en el avión privado del mandamás de Núñez tras el sorteo de la Libertadores. El deseo del presidente celeste y blanco es remodelar el Cilindro y su espejo es el Monumental.
En Racing aseguran que Brito se comprometió no ejecutaría la cláusula de rescisión y que lo mismo le dijo Stéfano Di Carlo a Sebastián Saja. El secretario millonario y el director deportivo de la Academia se cruzaron en el Monumental durante el partido que jugaron Argentina y Colombia por las Eliminatorias.
Sin embargo, el Muñeco es intenso. Quiere sí o sí a Salas. Lo ve con un buen elemento para recuperar esa presión en ataque que caracterizó el mejor momento de su primer ciclo. Sobre todo, después de la lesión de Sebastián Driussi. ¿River pagará la cláusula o pondrá algo más de dinero sobre la mesa para no romper el famoso “pacto de caballeros” que se acordó en la última reunión de Comité Ejecutivo de la AFA? El contrato está arreglado y sería cinco veces superior al que le propuso Racing.
Desde Udaondo y Figueroa Alcorta le dijeron a Clarín: «Hasta que no termine el Mundial de Clubes, River no va a avanzar en negociaciones con ningún jugador, ni hablar con ningún presidente. El equipo está enfocado en la competencia actual».
“Es la oportunidad de mi vida”, le terminó reconociendo el jugador a Costas, cuando lo encaró en Paraguay, enterado de las noticias que llegaban desde Buenos Aires. Maravilla Martínez, su compañero de habitación y socio en la ofensiva, ya lo despidió en Instagram. “Siempre hay que irse bien de todos lados porque uno nunca sabe la vuelta de la vida”, había dicho Salas hace un tiempo. No sería el caso. En las redes sociales ya lo crucificaron. Incluso, el propio jugador tuvo que cerrar los comentarios en su cuenta porque recibió todo tipo de insultos. A los hinchas de Racing no les gustó tanto manoseo.