¿Qué es el divorcio gris? Se denomina así a las separaciones en personas de más de 50 años. El fenómeno fue bautizado de esa forma en Estados Unidos y guarda relación con las canas de los divorciados.
Según un estudio titulado La revolución del divorcio gris: aumento del divorcio entre adultos de mediana edad y mayores, publicado en The Journals of Gerontology, la tasa de separaciones entre los adultos de 50 años o más se duplicó en Estados Unidos entre 1990 y 2010. Allí, aproximadamente uno de cada cuatro divorcios en 2010 se produjo en personas de 50 años o más.
“Los amplios cambios culturales en los significados del matrimonio y el divorcio influyen en todas las generaciones, incluidos los adultos mayores. El debilitamiento de la norma del matrimonio como una institución para toda la vida, junto con un mayor énfasis en la realización y la satisfacción individual a través del matrimonio, puede contribuir a un aumento en el divorcio entre los adultos mayores, incluidos aquellos en primeros matrimonios de larga duración”, afirma el estudio.
El informe sugiere que la ascendente estadística en este rango etario se vincula con la evolución de la tolerancia del divorcio a nivel social, así como con la mayor independencia económica y emocional de la mujer.
En general, actualmente las personas suelen preguntarse (y responderse) si vale la pena continuar en una relación que les genera cierta satisfacción, y por eso los divorcios son más comunes, explicó a Clarín Sebastián Girona, psicólogo especialista en vínculos.
“Por supuesto que no tiene que generar satisfacción todo el tiempo, pero mayoritariamente una relación de pareja tiene que ser para sentirnos acompañados, para ir para adelante, para lograr cosas. Tiene que ver con el hecho de no permanecer en una relación sólo por el hecho de estar juntos o por haber pasado mucho tiempo juntos”.
Mayor esperanza de vida (con su correspondiente búsqueda de la felicidad), falta de satisfacción emocional o sexual y el síndrome del nido vacío pueden ser algunas de las cuestiones que derivan en separación.
Uno de los factores más influyentes en el divorcio en este momento de la vida, dijo el especialista, es lo que se desata con «el nido vacío«. “Puede ser que estas parejas de más de 50 años hayan estado mucho tiempo abocados a la crianza de los hijos. Entonces, cuando éstos se van -porque salen a la vida y se van a vivir solos, porque forman su propia familia o hacen su propio camino- eso genera como un reencuentro para la pareja”, señaló.
Pero esto puede ser un “encuentro” o un “encontronazo”, aclaró (sobre todo en aquellos vínculos muy descuidados tras haberse abocado mucho a la crianza). Según el psicólogo, es como volver a descubrirse: “Vamos a ver quién es esta persona con la que dormimos hace tantos años, que ya no sabemos muy bien quién es porque nos hemos dedicado a los hijos”.
Por más que estas parejas hayan realizado una buena labor alrededor de la maternidad y la paternidad, “el nido vacío puede pasar mucha factura” en lo que respecta a lo sentimental y a lo erótico dentro del vínculo sexoafectivo, agregó Girona. “Toca ocuparnos de nosotros y este reencuentro puede ser complicado”.
Girona (en Instagram, @sebastiangirona) destacó un punto esencial para parejas de 50 años o más en esta situación: “Con el esfuerzo de los dos y con las herramientas que tenga cada uno, hay que tratar de ser conscientes de que están en un momento que implica un desafío y, a partir de ahí, empezar a pensar la relación a nuestros 50 años”.
En ese marco, puntualizó algunas recomendaciones fundamentales:
El objetivo -cerró- es “reencontrarse, poco a poco, a partir de las nuevas personas que somos en este momento de la vida y ver si entre los dos podemos sacar la situación adelante (algo que, vale aclarar, no siempre ocurre)».