Una mujer venezolana sufrió la amputación de su pierna derecha tras protagonizar un accidente al intentar subir al subte mientras el anuncio sonoro indicaba que la formación estaba por partir.
El hecho ocurrió el pasado jueves, cerca de las 8.20 de la mañana, en la estación Medrano de la línea B cuando Ángela Molina, venezolana de 41 años, bajó con su hija de 14 al andén e intentó abordar la formación.
En declaraciones al medio La Patilla, de Venezuela, un familiar de la víctima relató que el maquinista arrancó a pesar de los gritos de la mujer.
«El operador arrancó y por más gritos que hizo no le prestó atención o no la escuchó y ella quedó guindada (expresión venezolana para ‘colgada’)», dijo.
«Por lo tanto -prosiguió- fue arrastrada y el pie le quedó entre el andén y la formación«.
Por su parte, Emova, empresa que se encarga de la concesión de la red de subtes porteños, indicó en un comunicado al que accedió a Clarín que a raíz del hecho «se activaron los protocolos correspondientes, donde intervino para su asistencia, personal de Emova, bomberos y luego el SAME«.
«Las autoridades a cargo de la investigación del hecho están llevando a cabo el análisis correspondiente», concluyó el comunicado difundido a la prensa.
Molina fue trasladada al Hospital Durand donde debido a la gravedad de las heridas debieron amputarle la pierna derecha. Además, su estado de salud era crítico.
En diálogo con TN, Gregorio, marido de la víctima señaló que no se activaron mecanismos de seguridad que impiden el movimiento del subte. “No hubo manera de detenerlo”, explicó.
Y describió cómo fueron los instantes previos al accidente: “Mi hija logró entrar al vagón, pero ella no pudo pasar. Se quedó medio atrapada con las puertas y el subte arrancó igualmente. La arrastró. la pierna quedó entre el andén y el tren y se le rompió completa”.
Por su parte, el abogado de la familia que reside en Argentina hace 7 años, afirmó a TN que hubo un descuido por parte de quienes operaban el sistema.
“Lo llamativo acá es la negligencia o la imprudencia que no se frenó, y que lamentablemente ahora lo que tenemos que hacer es perseguir justicia por la esposa de mi representado”, dijo.
Además, pronosticó que el trauma que le quede a Molina «va a ser muy grande» y «no solamente físico».
“Esperemos que ella se recupere. Nuestros deseos de que ella se mejore y que tengan justicia”, finalizó.
Molina, es de La Guaira, una ciudad ubicada en el centro-norte de Venezuela a 30 kilómetros de la capital, Caracas.