La Cámara 6ª del Crimen de Córdoba juzgará el año próximo a José Fernando Coronel (39) por el femicidio de Karina Beatriz Bustos (42), una abogada que trabajaba en la planta del Gobierno de la Provincia. El acusado era su pareja y afronta la acusación de estrangularla y luego llevarla en una caja de madera para terminar quemándola en un basural.
El suceso conmocionó a los cordobeses: ocurrió entre el 10 y el 11 de mayo de este año, y los forenses debieron esmerarse para confirmar a quién pertenecía el cadáver carbonizado, hallado en un basural del barrio Villa Martínez.
Recién en junio, mediante complejos análisis de ADN, se logró establecerse de manera oficial que el cuerpo pertenecía a la mujer que se desempeñaba en el área Legales del Ministerio de Educación de la Provincia.
Coronel fue vinculado a partir de la testimonial de Alejandro Camilo Moyano, un hombre que, si bien tendría vínculos con la droga, habría ayudado a trasladar el cuerpo en el interior de una caja “en la errónea creencia de que dicho baúl contenía un perro muerto”, según la instrucción a cargo del fiscal de Violencia Familiar del 1º Turno, Cristian Griffi.
Moyano se aproximó a las autoridades horas después de que otras personas hallaron los restos mutilados y carbonizados del cuerpo.
En un primer momento, fue imputado por encubrimiento, pero en su defensa Moyano argumentó que había sido engañado por Coronel, quien supuestamente le pidió ayuda a cambio de unos pesos que él no aceptó.
Discusión de pareja
Karina y Coronel se conocieron en un bar, donde él preparaba tragos. Él la invitó con una copa para acercarse.
Con el tiempo comenzaron a tener una relación que se interrumpió cuando ella descubrió una infidelidad. Luego, él logró que ella lo “perdonara” y volvieron a verse. Pero otra vez volvieron a distanciarse y a reencontrarse con lo que el vínculo se hizo inestable.
Para la investigación judicial la muerte se produjo en el departamento de la víctima, en el 5° “E” de calle Artigas 102, en el Centro de Córdoba, entre el pasado sábado 9 de mayo o el día siguiente.
Luego de una discusión de pareja, Coronel, “posicionándose en un claro marco de superioridad respecto de la damnificada, y tratándola de forma desigual-inferior, en dicho contexto y demostrando una dominación sobre su persona y con la intención de quitarle la vida presumiblemente la habría tomado del cuello asfixiándola”. Esto, sostiene el escrito de elevación a juicio, produjo la muerte por “asfixia mecánica por estrangulamiento”.
Luego de matarla, siempre según sostiene la instrucción, Coronel robó a la víctima tres llaves de bronce y una llave magnética gris, un teléfono celular negro, 350 euros, 800 dólares y 1.200 pesos, los que mantuvo en su poder.
Tras esto, el acusado de femicidio introdujo el cadáver “en un baúl acolchado envuelto en material de nailon, para luego trasladarlo en los asientos traseros de su Fiat Uno, hasta el basural ubicado sobre Aviador Valenti casi esquina Sargento Gómez”, en el sudoeste de la ciudad de Córdoba.
Allí habría engañado a Moyano que en el interior de la caja llevaba un perro muerto. Tras pedirle ayuda para el traslado, depositó el cuerpo en el basural y lo roció con nafta para luego prender fuego con un papel y un encendedor. Al día siguiente, carreros hallaron el cuerpo.
Doble calificación
La acusación de Griffi es severa y, como todo femicidio, implica la pena teórica de prisión perpetua en caso de determinarse la culpabilidad. La calificación legal es la de homicidio dos veces calificado, por el vínculo de pareja y por ser cometido en un contexto de violencia de género.
La defensa de Coronel no presentó recurso en contra de la elevación a juicio, por lo que ya fue sorteado el tribunal. El expediente ya se encuentra en la Cámara 6ª del Crimen de Córdoba para la citación a juicio.
Fuentes tribunalicias indicaron que el proceso oral se haría en el segundo trimestre de 2021.
El texto original de este artículo fue publicado el 9/11/2020 en nuestra edición impresa.