El mundo está conmovido, de luto. La muerte del papa Francisco impactó a los creyentes como a los que no lo son, por lo que los homenajes se multiplicaron de a miles a lo largo y ancho del planeta. Obviamente el fútbol no está exento, por lo que varias figuras como Lionel Messi le dejaron sus mensajes de despedida. Y Gustavo Alfaro no fue menos. El técnico de la selección de Paraguay le dejó una emotiva despedida y recordó una divertida anécdota de la vez que lo conoció.
«Esta mañana no fue una mañana más. Como siempre me levanté temprano y con los hábitos y rutinas cotidianas tomé mi teléfono y leí la triste noticia: El Papa Francisco nos había dejado», inició su mensaje el ex entrenador de Boca, quien recordó: «Tuvimos con mi familia el privilegio de conocerlo el 8 de enero del 2014. Fuimos recibidos en la Plaza San Pedro en una audiencia pública, como solía hacer. El Papa del fin del Mundo, el Papa de los jóvenes, era entre tantas cosas, amante de los deportes en general y del fútbol en particular».
Es allí cuando Alfaro recordó «una anécdota simpática» con el Sumo Pontífice, ya que «mientras esperábamos a que se aproxime, yo tenía una camiseta de Arsenal, equipo que dirigía en ese entonces. Él se acerca, bendice a mi familia y le entrego la camiseta; en ese instante Francisco me mira y me dice: ‘Me parece que empatamos con ustedes’, y yo le digo: ‘Santo Padre, me parece que usted está rezando demasiado, porque el último partido en la final de la Copa Argentina lo ganamos 3 a 0’”.
El Profesor indicó que el papa se tomó el comentario con gracia y le contestó: «Me habré quedado dormido por la diferencia horaria, pero creo que íbamos empatando”. El partido al que hizo referencia Alfaro fue la final de la Copa Argentina 2013, la cual ganó su Arsenal con un contundente 3-0 ante San Lorenzo. Pero más allá del resultado, el deté eligió este momento para recordar la simpleza pero también el fanatismo de Francisco, el papa futbolero que nunca ocultó su lado cuervo.
Por esto y por todo lo que le dio a la Iglesia, Alfaro cerró su mensaje deseando que «su alma descanse en paz, Francisco. Que Dios ilumine el camino de quién tome su lugar. Su obra, y su legado hablarán por Usted».
«Esta mañana no fue una mañana más. Como siempre me levanté temprano y con los hábitos y rutinas cotidianas tomé mi teléfono y leí la triste noticia: El Papa Francisco nos había dejado.
Con la ilusión de verlo recuperarse el día anterior y estar presente en la Plaza San Pedro, para la bendición Pascual ‘Urbi Et Orbi’.
Tuvimos con mi familia el privilegio de conocerlo el 8 de Enero del 2014. Fuimos recibidos en la Plaza San Pedro en una audiencia pública, como solía hacer. El Papa del fin del Mundo, el Papa de los jóvenes, era entre tantas cosas, amante de los deportes en general y del fútbol en particular. Hincha confeso de San Lorenzo, recibió a delegaciones y deportistas de todo el mundo, con su sonrisa franca, su mirada firme y su pedido a modo de despedida en su solicitud de ‘Recen por mí’. Recuerdo una anécdota simpática de aquel momento, estábamos esperando que él se aproxime y yo tenía preparada para regalarle la camiseta de Arsenal, equipo que estaba dirigiendo en ese entonces. Él se acerca, bendice a mi familia y le entrego la camiseta; en ese instante Francisco me mira y me dice: ‘Me parece que empatamos con ustedes’, y yo le digo: ‘Santo Padre, me parece que Usted está rezando demasiado, porque el último partido en la final de la Copa Argentina lo ganamos 3 a 0’. Justo nos sacaron la foto cuando con los dedos le marco los tres goles, a lo que riéndose me dice: ‘Me habré quedado dormido por la diferencia horaria, pero creo que íbamos empatando’, agregando el clásico ‘Recen por mí’.
Vamos a rezar por Usted, por su obra, por su legado y su compromiso de estar cerca de la gente que más lo necesita, lejos de la opulencia y la estridencia.
Que su alma descanse en paz, Francisco. Que Dios ilumine el camino de quién tome su lugar. Su obra, y su legado hablarán por Usted».