Las infecciones urinarias son afecciones causadas por la invasión de microorganismos, principalmente bacterias, en el sistema urinario. Este sistema incluye los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra.
La mayoría de las infecciones se localizan en las vías urinarias bajas, como la vejiga (cistitis) o la uretra (uretritis), aunque en casos más graves pueden afectar los riñones (pielonefritis). Estas infecciones ocurren con mayor frecuencia en mujeres, debido a que la uretra femenina es más corta y está más cerca del ano, lo que facilita el ingreso de bacterias.
Los síntomas más comunes incluyen dolor o ardor al orinar, necesidad frecuente de orinar, presión en la parte baja del abdomen y orina turbia o con mal olor. En casos más graves, puede presentarse fiebre y dolor en la zona lumbar.
Tener una alimentación sana, hidratarse bien todos los días y llevar una buena higiene íntima son medidas básicas para evitar problemas urinarios. Pero hay un hábito en el baño que pocos advierten y podría ser el responsable de infecciones graves. Veamos cuál es.
Un error común que puede contribuir al desarrollo de infecciones, especialmente en mujeres, es la forma incorrecta de orinar.
Muchas mujeres, ya sea por pudor, incomodidad o costumbre, no se relajan completamente al miccionar. En lugar de permitir que el esfínter uretral se relaje para facilitar la salida natural de la orina, tensan los músculos del suelo pélvico o los glúteos , sin darse cuenta.
Este hábito puede generar una presión negativa o una especie de efecto de succión, que impide el vaciamiento completo de la vejiga y favorece el ascenso de bacterias desde la uretra hacia la vejiga. Con el tiempo, esta práctica puede facilitar la aparición de infecciones urinarias recurrentes.
De hecho, un artículo de la Clínica Mayo de Estados Unidos advierte que realizar ejercicios de Kegel mientras se orina puede impedir el vaciado completo de la vejiga, aumentando así el riesgo de infecciones urinarias.
Por eso, es importante adoptar una postura adecuada al orinar, relajando conscientemente los músculos del abdomen, el suelo pélvico y los glúteos, y tomarse el tiempo necesario para vaciar la vejiga completamente. Estas pequeñas acciones pueden tener un impacto significativo en la prevención de infecciones urinarias.
Un estudio publicado en Scientific Reports demostró que el entrenamiento de los músculos del suelo pélvico con biofeedback es efectivo en más del 80% de las mujeres con disfunción miccional, mejorando significativamente los síntomas clínicos y reduciendo la prevalencia de infecciones urinarias.
El biofeedback es una técnica terapéutica que ayuda a las personas a aprender a controlar ciertas funciones corporales que normalmente son involuntarias, como la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la tensión muscular y la temperatura de la piel…
Otro hábito en el baño que podría causar infecciones urinarias graves es limpiarse de atrás hacia adelante después de orinar o defecar. Esta forma de higiene puede arrastrar bacterias del área anal hacia la uretra, facilitando su entrada al tracto urinario, especialmente en las mujeres.
Este simple error de higiene puede llevar al desarrollo de infecciones urinarias, que si no se tratan a tiempo, podrían extenderse a los riñones y causar complicaciones más serias como una pielonefritis.
La forma correcta de limpiarse es de adelante hacia atrás, para evitar la contaminación de la uretra con bacterias intestinales como Escherichia coli, que es la causa más común de estas infecciones.
Para mantener las infecciones urinarias fuera de escena, especialmente en mujeres, aquí le damos una lista de consejos prácticos y efectivos:
Te resumimos 10 consejos que todos los médicos, y los sitios de salud, aconsejan como indispensable a la hora de alejar las infecciones de tu vida: