viernes, mayo 23, 2025
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La compatibilidad sexual es uno de los elementos decisivos en la formación de una pareja. Aunque no lo parezca, el entendimiento erótico entre dos personas va mucho más allá de la atracción inicial y, cuando se encuentra, es difícil ponerlo en palabras. Lejos de las fórmulas rígidas, al pensar en este sentimiento de afinidad encontramos un campo plagado de mitos o conceptos erróneos.

Entonces, ¿de qué hablamos cuando hablamos de compatibilidad erótica? La psicóloga y sexóloga Ayelén Pace, integrante de la Asociación Rosarina de Educación Sexual y Sexología (ARESS), lo resume como la conexión, el encuentro y la armonía entre dos personas en el complejo plano erótico. En otras palabras, es la afinidad que experimentan porque comparten deseos, preferencias, prácticas sexuales, fantasías y una correspondencia en los valores que ponen en juego dentro de un encuentro sexual.

Con frecuencia puede confundirse con un flechazo, pero la sexóloga aclara que la compatibilidad erótica “va mucho más allá de ese impacto inicial”. Se trata, en pocas palabras, de una construcción que se va consolidando en un vínculo sexoafectivo.

Como no es solo una “cuestión de química” o de “piel”, una pareja puede mantener y fortalecer esta conexión sexual. Pero ¿cómo se mide una afinidad persistente en algo tan frágil y cambiante como el deseo? Pace subraya que es preciso entender cómo funciona la compatibilidad erótica a largo plazo y distinguir a sus principales enemigos. Y no, no tiene nada que ver con adivinar los pensamientos del otro ni con las escenas cuidadosamente coreografiadas del cine erótico.

La sexóloga afirma que la compatibilidad erótica se alimenta de factores individuales y de factores en conjunto . Antes de relacionarnos con otra persona es crucial preguntarnos: ¿Qué emociones genera en nosotros el erotismo?

La especialista destaca que la compatibilidad erótica en un vínculo se sostiene, antes que nada, en cómo cada uno de sus integrantes se conecta con sus propias fantasías, su cuerpo y su autoimagen. Solo si sabemos reconocer los aspectos positivos y nuestras preferencias individuales a nivel sexual seremos capaces de comunicarlas efectivamente a la pareja, advierte.

Por eso, el segundo factor es justamente la comunicación sexual. “Poder identificar qué es lo que me gusta, qué es lo que me seduce, qué activa mi deseo y qué lo desactiva y escuchar qué es lo que la otra persona me comunica respecto a su erotismo es fundamental”, detalla la sexóloga.

Enriquecer esa comunicación erótica requiere de una cualidad: la asertividad. Pace explica que esto no es otra cosa que la capacidad de expresarnos, de comunicar nuestros deseos, nuestros valores, nuestras preferencias y las prácticas que nos gustan de una forma clara, sin nervios, ni bloqueos ni vergüenza en el momento adecuado.

El tercer elemento que distingue a las parejas con compatibilidad erótica es la habilidad de construir un equilibrio entre la novedad y la seguridad. Navegar entre esos dos extremos amerita un sutil balance para cualquier vínculo, dice la psicóloga, que podría parecer difícil de compaginar. Resulta que el deseo se activa con la sorpresa, la novedad, el riesgo y la exploración. Sin embargo, una relación a largo plazo se consolida a través de una intimidad que solo se logra cuando ambas personas sienten seguridad emocional.

Aunque se habla mucho de la rutina y la monotonía, con frecuencia la sensación de que se perdió la compatibilidad sexual apunta hacia más cuestiones. “Por lo general, el mayor error es entrar en el terreno del silencio; la pareja deja de hablar, aparecen dificultades sexuales y nadie habla del tema”, indica la sexóloga, quien añade que la negación de la problemática bloquea el deseo sexual o eventualmente afecta la calidad de los encuentros íntimos. Después, habrá que tomar acciones y no solo hablarlo.

Este silencio perjudicial suele originarse de las creencias conscientes e inconscientes que tenemos. La especialista sostiene que la compatibilidad sexual se define por las creencias que hayan sido la base de nuestra educación sexual, con cuáles experiencias asociamos nuestras sensaciones eróticas. “Identificar y saber cuáles son las creencias que me atraviesan va a facilitar o a impedir esa compatibilidad erótica con otro. El deseo es subjetivo y se constituye a lo largo de la vida de una persona”.

A propósito de este silencio, la psicóloga hace otra aclaratoria: el diálogo debe estar libre de reproches. Nada peor que empeñarse en buscar culpables o rastrear en el fichero otros temas no resueltos que se mezclan y agravan el conflicto. “En realidad, una crisis de la vida sexual hay que poder abordarla en pareja y acompañados de un profesional de la salud sexual”.

Dentro de las parejas, no siempre se desea con la misma frecuencia ni intensidad. De todos modos, Pace enumera varias recomendaciones para recuperar esa conexión sexual:



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