Más que la tercera cumbre de las Naciones Unidas sobre los Océanos, la conferencia en Niza parece una fortaleza blindada por aire, por mar y por tierra, que teme un atentado. Entre el 9 al 13 de junio, 70 jefes de estado y millones de científicos, oceanógrafos, especialistas en niveles de los océanos y de la polución del plástico en sus aguas y líderes políticos que pronostican que sus países van a desaparecer por el cambio climático debatirán su futuro. Buscarán cómo crear conciencia y hasta donde se puede financiar el avance del cambio climático en la Costa Azul, frente al Mar Mediterráneo.
Bajo la organización de los gobiernos de Francia y Costa Rica, la tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC 3) se inicia en Niza este lunes, bajo la vigilancia de 5.000 policías y fuerzas de seguridad.
El tema principal de la UNOC 3 es «acelerar la acción y movilizar a todos los interesados para conservar y utilizar sosteniblemente el océano».
En una ciudad con una seguridad extrema, francotiradores en los techos, fuerzas especiales desplegadas en las calles y en el mar, la razón es el temor a un atentado. El fantasma del que sucedió en la Promenades des Anglais de Niza el 14 de julio del 2016, que dejó 86 muertos y 458 heridos, cuando un camión pesado conducido por un islamista a 90 km por hora comenzó a atropellar en el paseo a la gente que celebraba la fiesta nacional, aun traumatiza a la ciudad y a Francia.
Ciudad blindada y ciudadanos enojados
Las medidas de seguridad son absolutamente draconianas. El transito está prohibido en el centro de la ciudad. Todos deben caminar kilómetros , excepto las comitivas oficiales. Los taxis, en contra de medidas que los perjudican están en huelga y las conexiones se hacen vía los tranvías de la ciudad.
Leonardo es italiano y taxista en Niza. «Entramos en huelga. Desplazarse en la ciudad es un infierno. Los embotellamientos son memorables. No hay quien recoja los pasajeros del aeropuerto y tardamos dos horas en recorrer 10 kilómetros. ¿A quién le importa esta cumbre?”, se preguntó.
La gente disfruta de la playa mientras los barcos navegan durante el evento «Maravillas del Océano» en conmemoración del Día Mundial de los Océanos, antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, en Niza. Foto APRevisación corporal, verificación cruzadas de identidad, palpación, pasar por arcos magnéticos, presentar una y otra vez pasaportes y credenciales son obligatorios en estas horas. Hasta la población de Niza fue censada para garantizar que, en los días de la cumbre, puedan vivir en su casa y regresar a ella sin inconvenientes.
En los techos de los edificios , en barcos y gomones en el mar, en la plaza, hay policías con armas telescópicas, que vigilan hasta la frontera con Italia.Militares de la operación Sentinellle y disposición antiterroristas están en alerta en la ciudad.Pero también pueden actuar contra marchas contestatarias.
El prefecto Laurence Hottiaux informó que un decreto “grandes eventos” ha sido firmado y está en marcha.
Los nicoises pueden ir a la playa pero navegar con sus yates por el Meditérraneo se ha vuelto difícil.Las actividades naúticas están restringidas entre el 3 al 13 de junio y divididas en cinco zonas.Más de 30 unidades de la Marina, vedettes de la gendarmería y medios aéreos vigilan más los servicios de inteligencia.
Una tarea difícil será coordinar esta “ciudad fortaleza” y las actividades de los que quieren disfrutar Niza, sus playas o trabajar todos los días.Muchas empresas han decretado teletrabajo.Los nicoises ganaron la batalla de mantener las playas abiertas, salvo las del puerto.
Un centro construido en tiempo récord
En pocos meses, un ex estacionamiento a lo largo del puerto de Niza se fue convirtiendo en el lugar para la cumbre de la ONU. Con aire acondicionado pero un aire de “camping glam”, los 70 jefes de estado lo usarán de sede para discutir entre ellos .Pero también dialogar con los oceanógrafos, los especialistas en plástico y los que contaminan. Una solución para los océanos debe encontrarse a corto plazo.
El presidente francés, Emmanuel Macron y el príncipe Alberto II de Mónaco (centro-der.), posan en el escenario al final del Foro de Economía y Finanzas Azules, antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos de 2025 en Niza. Foto EFEA pesar de las polémicas, las instalaciones “semitemporarias” fueron construidas en tiempo récord.
En este marco suntuoso, espectacular, efímero y soleado de la Costa Azul, se discute el futuro de la humanidad y de sus océanos.
Los resultados no conforman a los Nicoises ni se parecen a las primeras maquetas realizadas. Estéticamente las instalaciones son un poco primarias y sobre todo, incómodas para los que deben llegar caminando hasta el puerto.
Son tres edificios, construidos en madera y vidrio, donde los ojos del mundo se van a fijar en los días de esta cumbre. Pero no alcanzan para todos los que han llegado. La organización y acreditación es caótica,
Este “camping glam” desmontable, que la ciudad de Niza ha construida para la cumbre, es un producto de la demolición del histórico Palacio de los Congresos. Fue arrasado porque el alcalde Christian Estrosi decidió destruirlo porque era viejo e inadaptado. Estrosi ha decidido “vegetalizar la ciudad a cambio”.
El camping puede quedar allí 3 años y ha costado 20 millones de euros .Pero la alcaldía quiere que dure más tiempo, especialmente en los Juegos Olímpicos de Invierno del 2030.
Objetivos y acciones
La conferencia busca apoyar acciones urgentes y reforzadas para conservar y utilizar sosteniblemente el océano, los mares y los recursos marinos en busca del desarrollo sostenible. Buscan identificar nuevas maneras de apoyar la implementación del Objetivo de Desarrollo Sostenible.
Se basará en los instrumentos existentes para forjar alianzas fructíferas, que permitan la rápida conclusión y la implementación efectiva de los procesos en curso que contribuyen a la conservación y el uso sostenible de los océanos.
La Conferencia involucrará a todas las partes interesadas, reuniendo a gobiernos, el sistema de las Naciones Unidas, organizaciones intergubernamentales, instituciones financieras internacionales, otros organismos internacionales interesados, organizaciones no gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil, instituciones académicas, la comunidad científica, el sector privado, organizaciones filantrópicas, pueblos indígenas y comunidades locales, y otros actores, para evaluar los desafíos y las oportunidades relacionados con la implementación del Objetivo 14, así como las medidas adoptadas para ello.
Además de la sesión plenaria, que reunirá a los 193 Estados Miembros de las Naciones Unidas, se celebrarán sesiones de diálogo, que reunirán a Estados Miembros, organizaciones internacionales y representantes de la sociedad civil (ONG, científicos y empresas).
Estos diálogos, los «Paneles de Acción Oceánica», destacarán el compromiso de diversas partes interesadas, la creación de coaliciones y la creación de proyectos para el océano. Estos paneles servirán de base para la acción de la Conferencia al proponer soluciones concretas con todos sus participantes.
La Ballena, construida para estas reuniones, es un gigante azul ,en cuyo vientre se debate el futuro de la humanidad y los océanos en el Palacio de las Exposiciones.
La Conferencia estuvo precedida por tres eventos especiales: el Congreso One Ocean Science (del 3 al 6 de junio de 2025, en Niza), el Foro de Economía y Finanzas Azules (del 7 al 8 de junio de 2025, en Mónaco) y la Conferencia dedicada a la Coalición contra el Aumento de los Océanos y la Resiliencia Costera (7 de junio de 2025, en Niza).
A medida que la crisis climática se agrava, la humanidad busca soluciones para mitigar el calentamiento global. Si bien los gobiernos deben reducir drásticamente sus emisiones de gases de efecto invernadero, los científicos lo tienen claro: esto no será suficiente.
También será necesario eliminar miles de millones de toneladas de CO₂ que ya están presentes en la atmósfera. Para lograrlo, cada vez más empresas y expertos recurren al océano, con la esperanza de aumentar su capacidad de captura y almacenamiento de carbono.
El océano azul profundo se ha convertido en la nueva frontera de la ingeniería climática, con el riesgo de dañar aún más los ecosistemas.
En la jerga de los expertos, esto se denomina «eliminación de dióxido de carbono marino» (mCDR), o la eliminación de dióxido de carbono de la atmósfera mediante el océano. A veces agrupadas bajo el término «geoingeniería marina», estas tecnologías tan diversas implican el fortalecimiento de la bomba de carbono del océano.
Los mares, que contienen 50 veces más carbono que la atmósfera, ya absorben una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el ser humano. Esa es hoy la mayor preocupación de los estados y los científicos.
