Como cada año, especialistas de turismo realizan una revisión de las tendencias. ¿Qué se llevará el próximo año? ¿Qué dejará de estar de moda? ¿Cuáles serán los destinos que se consolidarán definitivamente?
El turismo colaborativo, las nuevas fórmulas de alojamiento, los hoteles más imaginativos, la moda de los destinos peligrosos y las neoagencias de viajes son algunos de los temas de los que se hablará mucho en los próximos meses.
Hoteles para meditar
Ya no hace falta viajar a Bali para buscar un poco de paz interior. Los buenos hoteles, en cualquier rincón del mundo, se dieron cuenta de la gran demanda de espacios para meditar, practicar yoga, mindfulness o conseguir un rato de silencio. No hace falta mucho para habilitar un espacio vacío y lo mismo vale mirar a la playa que al sky line de una ciudad o a un jardín. Cada vez veremos más hoteles que cuidan de la paz interior de sus huéspedes.
Nuevos barrios en las ciudades de siempre
Nueva York, París, Londres, Berlín son ciudades ya muy conocidas, pero en realidad queda siempre mucho por descubrir. Todas las urbes tienen una segunda lectura y esa es la que está de moda.
Ya no vale con ver la estatua de la Libertad o recorrer Manhattan; lo que está de moda es descubrir Queens. En Londres hay que acercarse a Greenwich y en París, más allá de los barrios centrales, se puede descubrir la nueva marcha en la zona de los canales.
En Marruecos se podrá dar un paso más allá de Tánger o Marrakech para descubrir la herencia española en Tetuán o en el Rif. Lo que está de moda es descubrir la segunda cara de los destinos más clásicos.
Comer con amigos: ‘mealsharing’
La gastronomía lleva años siendo una buena excusa para viajar y es el motor del turismo en muchas ciudades. Siempre hay nuevos chefs, nuevos restaurantes… pero ahora la moda son las mesas sociales y las webs de mealsharing que ponen en contacto a gente a la que le gusta cocinar con gente a la que le gusta comer.
Es una nueva forma de descubrir la gastronomía de un lugar, pero sobre todo de conocer gente en cada destino. En la red hay muchas propuestas: VizEat, Cookflat, Eathwith… son las nuevas Airbnb para comer por todo el mundo.
Destinos complicados
Es fácil viajar por todo el mundo. O casi. Los grandes viajeros que ya lo han visto todo sueñan ahora con adentrarse en destinos un poco más complejos.
Lo que ocurre es que realmente quedan muy pocos territorios prohibidos (una vez excluidos los territorios en guerra por motivos obvios): hay lugares como Corea del Norte, convertida en un objetivo de viajeros que huyen de lo estándar, o rincones del planeta extraños, como Chernóbil, que tiene incluso circuitos turísticos para quien no tema a la radiación nuclear.
La buena noticia es que hay países que reaparecen en el mapa de los destinos turísticos accesibles: Cuba, para los norteamericanos, o Irán son buenos ejemplos.
Nuevos hoteles: barrios-hotel, hoteles temáticos, granjas-hotel
A la fiebre de las nuevas fórmulas de alojamiento colaborativo, los hoteles responden buscándose la vida con propuestas cada vez más creativas.
Los hay que se vuelven más sofisticados y exclusivos, dando un servicio exquisito que otras fórmulas no pueden ofrecer por más que lo intenten.
Otros hoteles se tematizan (hay establecimientos donde todo es orgánico; hoteles centrados en el mundo de los libros, del yoga, de la música o del arte; hoteles solo para mujeres, para veganos o para familias, etc.).
Hay otros ha optado por crear, no un hotel, sino todo un barrio-hotel como el Faena District de Miami, que incluye hoteles, apartamentos, centros comerciales, áreas recreativas y todo tipo de servicios.
En esta línea están trabajando también los hoteles rurales. Algunos han incorporado la filosofía de los “realitys” y ofrecen una experiencia realmente auténtica donde por unos días uno puede convertirse en granjero de verdad.
Muchos hoteles van más allá del agroturismo de toda la vida e incluyen huertos donde se pueden recoger los frutos y hortalizas y llevarlas a los restaurantes para que lo preparen a gusto del consumidor.
Preparados para el viajero híperconectado
Esto no es una nueva tendencia pero cada vez tendrá más importancia: todos los hoteles, albergues, campings, medios de transporte, tiendas e incluso ciudades deberán tener Wi-Fi y disponer de espacios para cargar los móviles. Para el turista, tener batería y conexión es tan importante como comer bien.
El turismo colaborativo
Se seguirá viendo como crecen las propuestas de turismo colaborativo. A las redes asentadas (BlaBlaCar, Airbnb, redes de intercambio de departamentos, etc.) se irán sumando nuevas propuestas.
También se observará como se añaden servicios a los clásicos: por ejemplo, seguros para viajar más tranquilos, o en el caso de los intercambios de casas, servicios de conserjería que se ofrecen a través de cadenas hoteleras clásicas (por ejemplo, Be Mate).
Las neoagencias
Los agentes de viajes no han muerto, solo se han reinventado. Ya somos capaces de reservar hoteles y vuelos y de planificar nuestro viaje ideal en la red, pero de vez en cuando se agradece dejarlo todo en manos de un profesional.
En este tiempo de “hacelo vos mismo” las nuevas agencias presumen de especialización con nuevas propuestas.
Lo más de moda: los viajes con expertos, que lo mismo pueden ser directores de grandes museos que reputados científicos, fotógrafos de naturaleza o exploradores de renombre.
Otras agencias apuestan por proporcionar experiencias únicas y poco accesibles al gran público: desde entrar en espacios generalmente cerrados hasta cocinar y cenar en la mansión de un lord.