Luego de tres meses de intensa preparación y una pretemporada de quince días en Europa, la Selección Argentina de Futsal finalizó como subcampeón su participación en el Mundial en Uzbekistán. A pesar de haber disputado los siete partidos del torneo, incluida la final, no lograron alzarse con la tan ansiada Copa, el objetivo máximo que se habían planteado. De regreso en sus respectivos clubes, tanto los jugadores como el cuerpo técnico hacen su balance del desempeño.
El técnico Matías Lucuix, acompañado por Nicolás Kravetzky, el único jugador del torneo local que formó parte de la delegación, expresó a los medios su satisfacción por el trabajo realizado durante el torneo, aunque aclaró que en los próximos días haría una evaluación más detallada y concreta, lejos de las emociones del momento. «Estoy orgulloso del equipo», comentó Lucuix, reiterando lo que había manifestado en la conferencia de prensa posterior a la final. «Sentimos dolor por no poder llevar la Copa a Argentina, pero el fútbol y el destino son así», concluyó, reflexionando sobre la imposibilidad de repetir el título y escribir un nuevo capítulo en la historia de la disciplina.
Lucuix también respondió a preguntas sobre la presión que podría haber afectado al equipo en la final contra Brasil. «No creo para nada que el plantel haya sentido presión psicológica», afirmó el técnico, y agregó que la diferencia estuvo en la actuación del arquero brasileño, quien fue una de las figuras del partido. «No creo que la mentalidad sea un problema para el jugador argentino, hicieron un partido extraordinario desde mi punto de vista. Pero el rival también juega, uno quiere marcar, pero el oponente participa del juego. En definitiva, los datos muestran que si Brasil ganó, es un justo ganador de esta final», sentenció Lucuix.
Por su parte, los jugadores no ocultaron su frustración. Pablo Taborda, uno de los referentes del equipo, señaló en declaraciones a prensa de la AFA: «Hay que saber ganar y perder, nos vamos con la frente en alto. Fuimos muy superiores, pero tuvimos dos errores y ellos no perdonaron. El mejor jugador fue su arquero. Lo intentamos todo durante los 40 minutos, atacamos todo el tiempo. Dimos el 100%, merecimos más, pero nos podemos quedar tranquilos. Hay que estar orgulloso de la Selección Argentina, de esta generación».
Nicolás Sarmiento, arquero y pieza clave en la campaña mundialista, también expresó sus sensaciones tras la derrota. «Es un momento difícil para hacer un análisis, estamos muy tristes, no era el resultado que queríamos. Estoy muy orgulloso de todos los que conformamos esta Selección, creo que dejamos todo. Hicimos todo lo posible para ganar. La pelota no quiso entrar. Hay que seguir por este camino: llegamos a tres finales mundiales consecutivas y eso no es fácil».