En algún momento de la noche todos soñamos. Puede ser una pesadilla, o un sueño más tranquilo y hasta reconfortante. Pero, al despertarse la gran mayoría solo recuerda algún sueño o, incluso, ninguno.
Una pesadilla que nos despertó de manera abrupta en medio de la madrugada, posiblemente, sea recordada al levantarnos. También, un sueño que tuvimos segundos antes de que sonara el despertador.
En este sentido, resulta curioso que mientras la mayoría es incapaz de recordar lo que soñó, otros pueden relatar sus sueños con bastantes detalles.
Investigadores de una institución italiana realizaron un estudio para conocer las razones de esta diferencia sobre el recuerdo de los sueños.
Al dormir, el cerebro pasa por diferentes etapas, conocidas como fases que incluyen el sueño ligero, el sueño profundo y la fase REM (siglas de Rapid Eye Movement), durante la cual ocurre la mayoría de los sueños vívidos. La fase REM es particularmente importante para la consolidación de la memoria y los procesos emocionales.
La formación de recuerdos, incluidos los recuerdos de sueños, implica varias áreas del cerebro, como el hipocampo y la corteza cerebral. Sin embargo, durante la fase REM, la actividad en el hipocampo, esencial para la formación de recuerdos a largo plazo, disminuye.
Los sueños ocurridos durante la fase REM, a pesar de ser vívidos, no siempre quedan en el cerebro. Una posible razón es que la naturaleza misma del sueño REM, con su alta actividad cortical y su estado onírico vívido, puede interferir con la consolidación de los recuerdos.
Pero ¿por qué algunos recuerdan los sueños y otros no? El estudio titulado The Individual Determinants of Morning Dream Recall (Los determinantes individuales del recuerdo de los sueños matutinos), realizado por investigadores de Escuela de Estudios Avanzados IMT de Lucca (Italia) trata de explicar esta cuestión.
Un artículo del diario El País, cita al estudio y dice que revela que la capacidad de recordar el contenido de los sueños está asociada con la vulnerabilidad de una persona a la “interferencia cognitiva”.
“Si imaginamos el proceso de despertar y recuperar lo soñado, nos damos cuenta de lo difícil que puede ser ignorar el mundo exterior que nos bombardea con diferentes estímulos como apagar la alarma, mirar la hora o correr porque llegamos tarde al trabajo”, afirma un experto que no participó del estudio.
Estos ejemplos hablan de la “interferencia cognitiva” de la que habla el estudio. “Es como estar en una habitación llena de gente gritando mientras intentamos escuchar a un amigo que susurra algo en una esquina y luego tratar de recordar lo que dijo”, añade Valentina Elce, una de las investigadoras de Lucca.
El estudio, en resumen, concluye que las personas con una mayor capacidad para ignorar factores distractores recuerdan con más frecuencia el contenido de sus sueños.
La investigación también encontró que las personas que otorgan significado a sus sueños, que están interesadas en el hecho de soñar, tienden a recordarlos con mayor frecuencia.
“De hecho, un interés previo en los sueños puede llevar a una persona a aplicar estrategias para mejorar el recuerdo, como llevar un diario”, explica Elce.
Los científicos observaron en este estudio que “una mayor tendencia a la divagación mental se asocia con una mayor probabilidad de recordar los sueños”. Es decir, que aquellas personas con inclinaciones a desviar su atención hacia reflexiones internas son más propensas a recordar lo que soñaron la noche anterior.