Siempre es una buena señal para las razas bovinas el debut de una cabaña en una exposición. En las Nacionales Braford, que se realizan en Corrientes, la nota la da Walter Alegre, que haciendo honor a su apellido se muestra exultante por la posibilidad de exponer por primera vez sus animales. “El año pasado vinimos a ver la expo y decíamos: nos falta poco para estar a la altura”, dice en diálogo con Clarín Rural desde el costado de un enorme toro senior menor.
Hace menos de tres años que la familia Alegre decidió fundar la cabaña La Elisa, pero ya lleva algunas décadas dedicada a la ganadería de cría y otro tanto en la producción de frutillas en Bella Vista, Corrientes. En 350 hectáreas, hay 20 ocupadas por “microtúneles” para el cultivo de frutillas de las variedades Camino Real, San Andreas, Marisma y Fronteras. Todos los años traen un millón de plantines desde el Maitén, Chubut, y producen unos 800.000 kilos de frutilla. El 40 por ciento de la fruta se vende en fresco para el mercado interno y el resto se destina a la industria, para lo cual los Alegre cuentan con una planta de despalillado y cámaras de frío.
De esa planta de despalillado sale un residuo que aporta nutrición para los animales. “Ahí se da una integración entre las actividades que es fenomenal”, dice el flamante cabañero, que siempre tuvo el foco puesto en la calidad de sus animales. “Tenemos un rodeo general de 150 vientres, entonces compensamos la poca escala con calidad”, dice.
Fue con esa premisa que hace exactamente dos años y ocho meses decidieron poner un pie en la genética registrada. Para eso buscaron líneas de sangre en la cabaña La Dominga, de Córdoba, y luego las desarrollaron y adaptaron a su zona. “Priorizamos la precocidad y un animal moderado, porque estamos en una zona extremadamente marginal, de campos chicos, y los animales tienen que poder adaptarse”, dice.
El reproductor que escucha la entrevista se llama Navideño porque nació el 25 de diciembre de 2022. Tiene dos años y medio, es el toro más grande de la cabaña y será el primero -junto a un ternero y una ternera- en participar de una exposición para La Elisa. Es hijo de una vaca de La Dominga y un toro de Santa Irene, las dos cabañas Braford que se impusieron en la primera jornada de las Nacionales. “Viene con genética fuerte”, dice Alegre orgulloso, y comenta que después de la expo el toro irá al Centro de inseminación de Venado Tuerto a extraer semen.
Actualmente, además de su rodeo general de 150 vientres, La Elisa cuenta con un rodeo inscripto en Braford de 100 vientres y 50 toros, y ya está empezando a vender embriones.
“Más allá de ser una pasión, las exposiciones son la vidriera para la cabaña, una forma de que conozcan el tipo de animal que uno produce”, concluye el productor correntino.