Brand Studio para La Virginia
En un mundo donde la búsqueda de bienestar y la conexión con lo natural son cada vez más valorados, el té resurge como una infusión natural que nutre cuerpo y alma.
Originario de la planta Camellia sinensis, el té ha sido apreciado durante siglos en diversas culturas, no solo por su sabor, sino también por sus propiedades. Hoy, en medio de un mundo acelerado y demandante, redescubrir el placer del té se convierte en una oportunidad para hacer una pausa y reconectar con nuestro cuerpo y mente.
Una nueva campaña publicitaria de la marca de té La Virginia ha inundado las pantallas, invitándonos a vincularnos nuevamente con la naturaleza y con nuestro bienestar a través de una taza de té. Más allá del atractivo visual de la publicidad, este mensaje recuerda los múltiples beneficios que esta milenaria infusión aporta a nuestra salud y bienestar
El té negro que llega a nuestra taza tiene un origen fascinante: las plantaciones de Misiones, la región tealera más austral del mundo. Aquí, en un entorno privilegiado donde la naturaleza se manifiesta en todo su esplendor, las hojas de Camellia sinensis se nutren del sol, la lluvia y el suelo fértil para dar origen a un té de excepcional calidad.
Desde la cosecha manual hasta el proceso de elaboración, el té negro se produce con un profundo respeto por la naturaleza. Las hojas, cuidadosamente seleccionadas en su punto máximo de frescura, se someten a un proceso artesanal que incluye el marchitado, enrulado, oxidación y secado, permitiendo que desarrollen su característico sabor, aroma y color.
Más allá de su exquisito sabor, el té es una fuente de bienestar que aporta numerosos beneficios a la salud:
Incorporar el té a nuestra rutina diaria puede ser un paso simple pero significativo hacia un estilo de vida más saludable y equilibrado. Es una bebida usada hace milenios para hidratarse, incorporando antioxidantes y sales.
Ya sea por la mañana para comenzar el día con energía, o por la tarde para disfrutar de un momento de relax, el té nos invita a conectar con nosotros mismos o con otros y con el placer de las pequeñas cosas.
